Ya es domingo, pronto empezará otra semana...y nosotros no paramos. Os dejamos aquí otro mapa, el de Tiranos: Yermos de Lothal.
Nos encontramos ante un mapa muy grande de ancho y de largo. Sin puertas, con las terminales solo separadas por una loseta (aunque grande es esa pieza del mapa). Las zonas de despliegue está lejos entre ellas, y solo disponen de una salida hacia un pasillo que ahí se extienden.
- Entre zonas de despliegue da ciertamente igual, especialmente para la misión A; si de verdad se quiere un análisis ciertamente exhaustivo, no se ve una diferencia abismal entre una y otra.
- En la misión A se despliegue distinto a la mayoría de los mapas. Se hacen turnos para desplegar, y cada figura, según sale al mapa, gana 8 puntos de movimiento. ¿Esto agiliza la partida? No necesariamente, puesto que el tiempo que se ahorran en moverse es como si fuera una ronda prácticamente. Con respecto a esto, la gracia no es moverse, sino ya posicionarse en zonas de interés (objetivos o camino a ellos). ¿Dividirse es bueno? El mapa en cuestión es muy grande, si se necesita ayuda en la otra punta, una ronda se tarda. 2 puntos por control de un objetivo. Hay 8, es casi imposible que los dos jugadores no se lleven trozos del pastel por ronda...
- La misión B va de controlar fluctuaciones. 1 PV por control por ronda, no es gran cosa. La gracia está en que cada mini sobre una fluctuación se lleva una ficha de Poder en función de color de la fluctuación. Lo mejor es que al final de la ronda se podrá mover 1 objetivo por jugador. ¿Para qué se hace esto? Para que las fichas de Poder vayan moviéndose por el tablero; que una miniatura no gane siempre lo mismo. ¿Intercambiarlas con el contrario es eficiente? Si la ficha de vuelta es más útil para uno mismo que la que se da al rival, sí. Si no, entre zonas vacías o aliados puede merecer la pena.
¡Otro mapa más! Empezad bien la semana, comandantes.
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